lunes, 28 de junio de 2010

equivoacciones

Su vida estaba predestinada a los errroes. 
Estaba llena de un sinfín de euqívocos, de malas interpretaciones y de equivocaciones. 
Sin embrago él fue feliz. 
Afortunadamente, por un error, él vivió una vida que no era la suya. 

2 comentarios:

Héctor Ugalde dijo...

R: Sí, seguramente. :]
Como en el texto no quedaba muy claro, lo corrijo. :]
Jesús: No importan los penares, los infortunios, ni los Herrores, hay que sentirse afortunado (o Hafortunado). jeje :]

Torcuato dijo...

¿Quién es el que dice que no era su vida? ¡Qué osadía!
Un abrazo

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