jueves, 5 de mayo de 2011

Patadas de Página. Sobre las Notas al Pie de Página (ver nota #9)

Traducción gracias al último número de El Puercoespín (No.96 Mayo 2011).
Entrar en el último enlace al final de http://mundodisco.dreamers.com/kfl.htm


[4. Artículo]

                         PATADAS DE PÁGINA

                         (NOTE THAT FOOT)


             Columna de David Langford publicada en el
                   número 128 de la revista SFX
            <http://www.ansible.co.uk/sfx/sfx128.html>

Mucha gente cree que Terry Pratchett inventó las notas al pie de página. Este honor, sin embargo, recae sobre el poeta decimonónico Edward Edwin Foot, que bien pudo haberle dado nombre a dicho recurso literario. O eso, al menos, afirman los editores de la poco fiable obra "The Stuffed Owl: An Anthology of Bad Verse", fascinados por la determinación de Foot de aclarar cada punto de sus horribles poemas. Cualquier mención, por sucinta que fuera, sobre un obispo, tendría su correspondiente pie: "El (imaginario) obispo de la diócesis".

Otro trabajo fallido con pies de página es la novela de ciencia ficción de Hugo Gernsback "Ralph 124C41+-", convertida en radionovela para el magacín "Modern Electrics" (1911–12) y reeditada con notas añadidas que fanfarroneaban sobre sus acertadísimas predicciones científicas. Por ejemplo, el milagro tecnológico de practicar deporte por la noche tiene su pie: "Cuando se escribió esto, no existía 
ningún estadio iluminado". ¡Increíble! La reedición también se regodea con una nota sobre la "predicción" de Gernsback acerca de un periódico llamado The New York News. En el libro, dicho periódico está hecho de celuloide transparente "del tamaño de un sello" para leerse proyectado en la pared... aunque bien es cierto que sobre este último punto no se extiende demasiado.

Mi anotación favorita en literatura fantástica aparece en la historia de Lord Dunsany "The Bird of the Difficult Eye", donde "las bestias que merodeaban en la noche glutterearon" al desafortunado protagonista. ¿Glutterear? Se nos da un pie de página: "Miren el diccionario, aunque será en vano".

En fantasía más reciente, muchos escritores dan por hecho que, ya que a Terry Pratchett le gustan, las notas al pie son inherentemente divertidas, y por tanto se deben usar a la menor ocasión. Prefiero no mencionar muchos nombres, pero me parece especialmente innecesario que "Barry Trotter and the Shameless Parody" de Michael Gerber (por supuesto, vendido como una burla de J.K. Rowling) esté plagado de pies de página cuando el original no lo está. "Un bogart es un mutante que adopta la forma de tu peor pesadilla... personificada en tu actor menos favorito". Carcajadas por doquier.

Mi voto para el Maestro de los Pies de Página de la Ciencia-Ficción va para Jack Vance, que en lugar de buscar tronchantes chascarrillos usa sus irónicas notas para extenderse sobre el estrafalario contexto de sus sociedades galácticas. Un ejemplo al azar de "Marune: Alastor 933": se describe el protocolo en un banquete de inhalaciones, en un reino en el que comer en público se considera obsceno: "Se liberan unos olores aromáticos y perfumados a través de orificios apropiadamente distribuidos. Alabar los humos con demasiado entusiasmo, o inhalar muy profundamente, se considera un comportamiento inapropiado y hace al culpable sospechoso de glotonería". Así que andad con ojo.

De la misma forma, Susana Clarke, en "Jonathan Strange & Mr Norrell" apila una caprichosa información de fondo y le añade cuentos de hadas inventados para componer pies de página que divagan irreprimibles a lo largo de páginas enteras. Hasta los lectores que suelen saltarse estas cosas deben tomarse en serio un pie de página que haga tal cosa.

Tampoco es seguro saltárselos en la surrealista y estrambótica "House of Leaves", de Mark Z. Danielewski, una historia sobre una casa inmensa y aterradoramente más grande por dentro que por fuera. Gran parte de la historia transcurre en las notas al pie desperdigadas copiosamente por la novela. Incluso hay un índice esquiciante en el que se enumera cuidadosamente cada aparición de palabras como "casa", "dentro" o "así"... pero al menos no es imprescindible leérselo.

Gene Wolfe deja trampas para la gente que se salta las notas. Una colección de Wolfe tiene una historia adicional oculta en la introducción: "Quienes no leen las introducciones se la perdieron". Hay una nota al final de su "La Urth del Sol Nuevo" en la que, si bien no revela la cause de un milagroso eclipse que ocurre durante la historia, sí ayuda al lector a comprender cuál podría ser.

A no ser que se lean las notas con aspecto académico que hay al final de la novela rosa de ciencia-ficción de Alasdair Gray "A History Maker", no se sabrá sobre qué trata realmente la historia. Otra obra de Gray, "Unlikely Stories, Mostly" contiene la mejor corrección a última hora de una errata, imprimida en rojo para captar la atención: "Fe de erratas: Esta fe de erratas se ha insertado por error."

No es muy de ciencia-ficción, pero desde luego sí llamativo, lo que encontramos en la novela "Pálido Fuego" de Vladimir Nabokov: empieza con un poema largo y toda la acción ocurre en las notas al final del libro, donde un editor megalomaníaco (en absoluto parecido a los de SFX) se las ve y se las desea para reinterpretar el poema como una alusión a su delirio de ser un miembro exiliado de la realeza ruritana. El índice refleja este desaguisado, en el que el editor ocupa dos veces y media más espacio que el (ficticio) poeta.

J.G Ballard aun va más allá en su relato corto "El índice", donde sugiere toda una historia alternativa del siglo XX y hace que su índice de palabras refiera una y otra vez a la inexistente autobiografía del hombre más influyente del mundo, Henry Rhodes Hamilton. "Einstein, Albert, confesión en el lecho de muerte a HRH", "Freud, Sigmund admite su locura a HRH", "Premio Nobel, HRH nominado en las ediciones 220, 267, 375, 459, 611".

Pero para los escritores por cuenta propia que, como el señor Pratchett, viven temerosos de la trituradora gigante de la cadena de librerías W.H. Smith (que puede zamparse ediciones enteras de libros recién salidos en minutos), el índice más deprimentemente memorable de todos se encuentra en la parodia de Hilaire Belloc sobre los libros de "cómo escribir": "Caliban’s Guide to Letters". Cada entrada lleva a la misma y funesta página:

> Acción, Combinación de, con Trama, Efecto Poderoso en Novelas Modernas:
> ver Pulpa de papel, pág. 187.
> Visceral, Sentimiento, Para nuestro Trabajo, Cura de: ver Pulpa de
> papel, pág. 187.
> Literario, Arte, Último Objetivo de: ver Pulpa de papel, pág. 187.

Y sigue.


                                                             -+-
                                                  David Langford
                                   (Traducción de Torredelarte.)

(David Langford se ha quedado sin espacio para la nota aclaratoria que daría sentido a esta columna.)

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