sábado, 1 de noviembre de 2014

Vida después de la suerte

Fulanito tenía mucha suerte. Tanto buena, como mala. 
Tenía una extraordinaria buena suerte, pero al mismo tiempo una mala suerte extrema. 
Así, por ejemplo, cuando encontraba un billete de alto valor tirado y lo recogía, le caía encima un piano. 
Siempre que le sucedía algo de muy buena suerte, también le ocurría algo terriblemente malo. 
Equilibrio, para compensar... 
Del mismo modo, las veces que le había ocurrido un mortal accidente, algo maravilloso sucedía al mismo tiempo que lo lograba salvar, justo en el último instante. 
Excepto la última vez. 
Ahora, en la otra vida, ya no tiene mala suerte; únicamente buena muerte en sitios de mala muerte.


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