es una vieja conocida.
Una flaca aborrecida
y reconoce esa risita.
Y no es el emperador
sino otro flaco destructor.
Ella está que trina;
es la mismísima Catrina.
La Muerte ríe con exceso,
dice "Yo La Fuerza depuro,
tiendo más al color hueso".
La Muerte se despide
no se atrevió a decirle
la verdad que le cuadre:
"¡Soy tu padre!" ¿O era su madre?
Yo sólo vine, formalicen,
por curiosidad y no tuve suerte
de ver esa Estrella que dicen
que es de la Muerte.
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